Hace bastante tiempo dejé de tener “debates” en redes sociales porque noté que me estaban afectando emocionalmente al darme cuenta que era “imposible hacerle entender a alguien” mi postura y recibir argumentos sólidos de regreso, mea culpa, yo le estaba pidiendo mucho a las redes sociales. Sin embargo esto no significa que me desconecté completamente de las interacciones en redes sociales, solo me enfoco en lo que sí se puede hacer en ellas, interactuar y difundir información y memes de perritos. Siempre memes de perritos.

Bicicleta La foto de hoy es una bicicleta en un camino porque… solo porque me gustan mucho los paseos en bicicleta, especialmente en parques lindos.

¿Qué significa que dejé de tener esos debates en redes sociales? Esto significa que me limito mucho o directamente dejé de interactuar con gente con opiniones distintas que buscaban alguien solo para pelear, dejé de reaccionar positiva o negativamente a los debates de otras personas y en general dejé de involucrarme en todos estos “debates y controversias” sobre temas complicados del mundo porque ahora creo seriamente que las redes sociales no son un lugar para tener estos debates, son una plataforma para amplificar y difundir contenido con la sensación de ser comunicación en ambas direcciones, pero no funciona así.

Era un tema muy recurrente en mi vida sentir que tenía una “responsabilidad de defender mi postura” y eso también caía en la idea de querer “educar a los demás en temas que entiendo mejor que ellos”, hablemos de la humildad que manejaba en los debates 🤦🏻‍♀️. Esto me llevo muchas veces a sentirme muy frustrada porque creía que la gente simplemente no me entendía, no le importaba tanto como a mi o directamente reaccionaba de manera muy violenta con esas dichosas “reacciones” en Facebook.

Y esto es un problema significativo porque las redes sociales tienen ese superpoder de crear la sensación de “anonimato” y de estar “detrás de una pantalla” y al no estar en una interacción frente a frente, todos nuestros límites definitivamente cambian y se amplían y es muy fácil caer en extremos como esas agresiones de burlarte abierta e intencionalmente del comentario de alguien o ser agresivo con el lenguaje y en el otro extremo ser muy abiertos, amorosos o expresivos y crear vínculos y relaciones que están basadas en una parte muy pequeña de la vida que son las redes sociales y que difícilmente podrían existir fuera de ellas. Y el problema de estos extremos es que en la vida real no seríamos capaces de llegar a ninguno de esos extremos, y los tóxicos en internet no son capaces de reírse en tu cara cuando hablas ni te van a insultar ni a amenazar y las relaciones o amistades tan intensas que ocurren virtualmente no podrían existir en el mundo real. Claramente hay excepciones a las regla y sí hay gente horrible en el mundo y sí hay relaciones que funcionan, pero creo que se entiende que hay distintos límites dentro y fuera de las redes sociales.

Entonces, este tema de los diferentes límites me comenzó a afectar emocionalmente porque era muy fácil verme envuelta en una situación donde estaba hablando con extraños supremamente agresivos actuando en manada y apoyándose entre ellos, subiendo el nivel de la conversación y llegando a esos puntos de agresiones donde te preguntas ¿Cómo llegué a estar peleando sobre cualquier tema en un grupo de Uribistas cuando claramente no los soporto, entiendo que son radicales y violentos y cuando se juntan son peores? o en otras ocasiones terminé diciéndome a mi misma ¿qué haces hablando/peleando con esta persona que en en la vida real no es capaz de mirarte a la cara y en redes sociales “le divierten” todos los posts serios sobre violencia y abiertamente está siendo agresivo contigo Y ADEMÁS NO ME HABLA EN PERSONA? y así fue como empecé a “darme cuenta” que no tenía sentido ponerme en esa posición y que esas interacciones en redes sociales me estaban afectando emocionalmente y en la vida real y que tal vez era buena idea tomar distancia y dejar de meterme donde no me habían llamado y donde muy probablemente yo no iba a cambiar nada.

Otros puntos muy interesantes sobre este tema, los he ido recolectando a partir de posts de Mariana Marija, (big fan, por favor vean su trabajo tan hermoso sobre cuidar el planeta en el que vivimos) sobre la relación que tenemos con las redes sociales y cómo las malinterpretamos y esperamos de ellas interacciones que simplemente no son posibles o no tienen sentido. Respecto a los debates en redes ella menciona en esta conversación puntos clave como que las redes sociales son plataformas para amplificar y no son medios de comunicación, además que funcionan en un contexto de inmediatez y de ser viralizables y las realidades complejas del mundo no se pueden simplificar para ser inmediatas y viralizables.

Actualización 12 sept: Los hechos que han ocurrido en Colombia en estos últimos días son profundamente dolorosos y han llevado a la ciudadanía a reaccionar muy fuertemente. En redes sociales se ha visto como quieren simplificar y viralizar todo el problema estructural de la policía y toda la sociedad Colombiana y aunque yo he sido parte de esa reacción inicial de querer unirme a las voces de protestas a través de las redes sociales, hay muchos temas importantes que quiero comentar al respecto pero que no se pueden presentar en un solo blog, en una historia de instagram ni en fotos de edificios quemándose. Quiero organizar información y mis pensamientos para compartirlos.

Y estos puntos me llevaron a pensar que nuevamente se crea esa falsa sensación de estar comunicando algo o haciendo algo cuando en realidad no está pasando, esta sensación de estar teniendo un debate es un problema porque no se están cumpliendo los mínimos estándares para tener un debate real y muchas veces terminan solo siendo interacciones violentas sin sentido donde nadie ganó nada, en estas interacciones en redes muchísimas veces desconocemos quién es la persona al otro lado, cuál es su historia y su contexto y qué herramientas tiene para defender sus posturas y eso nos lleva a que al no reconocer que es otra persona, igualmente compleja y con muchas cosas que no conocemos, no estamos abriendo un espacio real para comunicarnos y realmente entender y procesar lo que estamos leyendo, solo estamos participando en la dinámica del concurso de popularidad para “ganar el debate” y ver quién dijo la frase más punzante o más viralizable o más “intelectual” y ver quién tiene más likes en cada comentario y sentirse triunfantes cuando la otra persona abandona el debate o renuncia a seguir involucrada en esa interacción.

Y respecto a la inmediatez de las redes sociales, esto solo dificultan aún más la comunicación y el objetivo de un debate porque no son un espacio diseñado para tomarte el tiempo de pensar, organizar ideas y compartirlas eficientemente, muchas veces es solo un bombardeo de opiniones y argumentos a medio construir que convierten la interacción en un concurso de quién habla más duro, más rápido y tiene más likes por cada comentario y que efectivamente no fue un debate, ni lograste que nadie cambiara de opinión y la estrellita que ganaste por todos los likes en los comentarios no te sirve para nada en el mundo real y además te causa la impresión de que hiciste algo.

En este contexto de bombardear una conversación con opiniones y argumentos a medias también se filtra el problema de querer sobre-simplificar todos los temas, de querer que todo sea intagrameable, en viñetas y ojalá con frases viralizables y fondos lindos para compartir en las historias. Pero la realidad del mundo es muy compleja, muy muy muy muy muy compleja y no se puede entender con frases bonitas en Instagram y no se puede entender viendo retos de 15 segundos en Tik-tok, ni se puede entender teniendo concursos de popularidad en Facebook, ni se puede entender leyendo un hilo en Twitter. Entender algunas realidades del mundo es un proceso que nunca se acaba porque el conocimiento sigue avanzando, las sociedades siguen evolucionando y nuestro propio entendimiento también avanza y evoluciona con el tiempo. Entonces muy probablemente solo recibir información de redes sociales no va a ayudarte a entender completamente una realidad del mundo y esto está bien siempre y cuando seamos consientes de esa limitación.

Esto tampoco significa que no se pueda aprender algo en esos post rápidos de redes sociales, ni estoy negando que sean una herramienta útil para difundir información y que puede ser (creo que siempre es) la puerta de entrada a muchos temas complejos del mundo y esto es muy valioso porque es un primer paso para informarnos sobre temas que no hacen parte de nuestra cotidianidad y que son muy valiosos y relevantes, sin embargo hay que tener claro que es precisamente eso, una visión simplificada y superficial que es bastante útil para ampliar nuestra perspectiva del mundo y es muy valioso continuar con el proceso si así lo quieren, sin embargo también entiendo que es válido no querer o no poder seguir profundizando en los problemas complejos del mundo y es válido simplemente tener la versión simplificada de algunos temas y seguir con sus vidas.

Ya me desvié del tema pero no quería que esto se convirtiera en una oda de odio a las redes sociales porque no lo es, entiendo que tiene aspectos positivos como ser la puerta de entrada a muchísimas posibilidades. Volviendo a los debates y mi relación con las redes sociales, ¿qué hago entonces con las redes sociales y cuándo me quiero comunicar seriamente con alguien sobre un tema que es debatible y profundo? Bueno, pues busco a la gente para hablar “por mensaje privado” y podemos tener conversaciones de semanas o meses donde haya tiempo de procesar la información y de organizar ideas porque el ejercicio de escribir sin afán de responder con intención de entender sí genera un ambiente productivo para un debate o una discusión y además nos da tiempo de tener una vida fuera de redes sociales y así responder cuando tengan tiempo o ganas, o una (o mucha) llamada(s) en la que nos escuchemos seriamente o simplemente sacarlo de lo digital y hablar en persona.

Esto tampoco significa que solo hablo de cosas serias y profundas todo el tiempo o que hablo mucho con la gente, por el contrario me gustan mucho las relaciones estables con mis proveedores de memes y stickers de WhatsApp con los que no hablo de nada y me gusta mucho soñar despierta con mis amigas e imaginarnos emprendimientos y temas de blogs y proyectos y viajes que nunca vamos a hacer porque no todo en la vida son temas trascendentales y tampoco tengo taaaantos amigos para estar hablando todo el tiempo con alguien.

meme viaje

Hay varias conclusiones sobre este tema y la primera creo que es que si alineamos las expectativas que tenemos sobre las interacciones en una red social, sobre lo que verdaderamente pueden hacer, para qué sirven y tenemos en cuenta las limitaciones que tienen vamos a poder darnos cuentas que hay espacios en los que simplemente no vale la pena enfocar nuestra energía y argumentos, también que no tiene mucho sentido involucrarse en los concursos de popularidad, especialmente cuando se vuelven tóxicos, y que ganar un debate que no existió y no sirvió para nada en realidad no es ganar nada y solo perdiste el tiempo y seguramente alguien al otro lado de la pantalla puede creer que eres un idiota y no tienes forma de demostrar lo contrario porque las redes sociales no son un medio para hacerlo.

También me encantaría que se queden con la idea que nuestra relación con las redes sociales puede ser tan dañina o tan benéfica como nosotros lo decidamos, este es otro tema largo e interesante del que hablaremos en algún momento, pero podemos hacer que sean la puerta de entrada a muchos temas que nos interesen, pueden ayudarnos a mejorar nuestra visión del mundo, sobre nosotros mismos, y si siguen a alguien que hace cosas hermosas como Mariana, a mejorar nuestra relación con el planeta y en general a mejorar a todo lo que se les ocurra. Ojo que esto funciona en ambos sentidos, si solo siguen cuentas que comparten chistes “pesados” que en realidad son xenofóbicos, racistas o machistas o cuentas que se enfocan mucho en el aspecto físico, la cultura de dieta y los estándares de belleza imposibles, bueno esas también son puertas de entrada.

Espero que esta reflexión les ayude a pensar si vale la pena meterse o no a un debate la próxima vez que se lo encuentren en un grupo de Facebook y que si se quieren meter igual, piensen en las limitaciones que tienen las redes sociales y traten de actuar en consecuencia, al otro lado (casi) siempre hay otra persona, con sentimientos, contexto y complejidades, no hagan nada que no harían en persona y sean responsables de sus actos, recuerden que todos hacemos que las redes sociales sean un lugar agradable o desagradable.

También espero que puedan comenzar una conversación sobre este tema con un amigo o un familiar, y si tienen más ideas o les gustaría sumarse a mi exclusivo club de conversaciones que duran semanas o meses y nos respondemos solo cuando podemos y queremos porque hay temas muy intensos sobre los qué pensar, mi bandeja de entrada siempre está abierta para ustedes. Y ahora se pueden suscribir a la lista de emails para recibir los posts en su bandeja de entrada con comentarios del editor.

Hasta la próxima.

Annie