Recientemente hice una evaluación consiente sobre mi pasado oscuro y cómo me relacionaba con las personas a mi alrededor y terminé concluyendo que yo era un gran ejemplo de lo que llaman “la tóxica”, es algo de lo que no me enorgullezco y estoy segura que aún quedan muchos comportamientos tóxicos en mi vida, pero como con todos los aspectos este proceso de descubrimiento y de pensarme seriamente, estoy tratando de mejorarlo con mucha paciencia y mucho autocuidado, una cosa a la vez, un día a la vez.

Globos La foto de hoy son globitos de celebración porque esta semana se cumplieron 2 años desde que nos fuimos del hogar, dulce y tropical, hogar. Han sido 2 años hermosos y vale la pena celebrarlos.

Quiero enfocarme en ese momento de mi vida en el que yo era un gran ejemplo de “la tóxica”, la intensa que quería respuestas instantáneas, la que se enojaba por una cancelación de último minuto, la que sentía que “el drama” hacía parte esencial y natural de cualquier relación real (por que obvio si no te celan es porque no te quieren o porque es completamente válido escalar una pelea por un emoji en el momento inadecuado), la que consideraba como un acto de altísima traición que sus amigos tuvieran otros amigos y pasaran menos tiempo conmigo, la que hablaba del aspecto físico de otra persona y criticaba sin motivo alguno y así, una lista bastante extensa de comportamientos que nunca fueron abiertamente rechazados por nadie y que nunca se me hizo hacer notar lo complicado que podía ser interactuar conmigo a ratos⁰ y que en retrospectiva veo y me avergüenza un poco admitir, pero ahí vamos un día a la vez, un comportamiento tóxico a la vez.

Como apunte importante, el término “tóxico” para definir a una persona me genera bastantes conflictos internos, por un lado me parece que es una gran palabra para definir esas actitudes y creencias que consideramos que no son positivas y que además tienen un impacto muy negativo en nuestro entorno y en ese orden de ideas hace que sea más fácil comunicarnos pero por otro lado me parece muy problemático catalogar a un ser humano como “tóxico” incluso cuando todos conocemos a alguien a quién el término lo describe perfectamente, tú sabes quién eres, machito que pone “me divierte” a las publicaciones sobre feminismo y que comparte chistes machistas.

Todo el proceso para cambiar estos comportamientos comenzó indiscutiblemente con la conciencia que empezó a generarse en redes sociales, con las múltiples y muy largas conversaciones que tengo con M. y con ese “despertar” general de la sociedad de darle un nombre a esos comportamientos tan negativos a los que estábamos acostumbrados PERO que podíamos cambiar y que no era necesario continuarlos. Entre estos recursos recuerdo muy claramente seguir a las primeras cuentas de feministas latinoamericanas que me introdujeron a palabras como “sororidad” y “empoderamiento”, y **a la gente en Twitter explicando por qué nadie te debía su tiempo y no estaban obligados a responderte inmediatamente, a algunos otros personajes que comenzaron a discutir públicamente sobre lo que significaba el amor romántico y las connotaciones negativas que estaban dentro de toda la idea, de los podcasts de mujeres hablándole a mujeres sobre infinidad de temas desde la salud mental hasta la música de moda y todos ampliando esa visión que yo tenía del mundo en el que crecí y en que es tan normal tener estos comportamientos sin que nadie te haga caer en cuenta de ellos.

Entonces, ¿cómo he hecho para bajarle tres rayitas a mi toxicidad y comenzar a ser una persona menos complicada con el mundo? Bueno, pues después de “darme cuenta” (amiga, ya era hora) comencé a tener aún mas conversaciones con el mundo sobre este tema y comencé a actuar más en consecuencia. También comencé mi plan tortuga de recordarle a cada amigo que se disculpa conmigo por no responderme rápido que entiendo que tienen vidas propias, complejas y que no tiene nada malo no responderme rápido e incluso si no quieren responderme en absoluto también está bien y no necesitan ninguna excusa; Incluso me hace sentir mal pensar que estoy incomodando a alguien porque tienen afán de responderme o que tengan algún tipo de sentimiento negativo, remordimiento o culpa por responderme tarde, no me gusta pensar que estoy provocándole ningún tipo de estrés (completamente evitable) a la gente con la que interactuó, tú sabes quién eres, amiga que está ayudando a salvar el mundo un paciente a la vez y se preocupa por responderme, no te preocupes <3 aquí voy a seguir después de tus rotaciones y tus semanas sin dormir.

También he pensado y he tratado de interiorizar mucho la definición de lo que en inglés llaman “entitlement”, lo definen como “tener certeza de tener derecho a algo”, es una palabra que me parece espectacular para definir la razón detrás de muchos de estos comportamientos tóxicos, el sentimiento de creer que tenemos derecho a que nos respondan rápido puede hacer que nos molestemos cuando alguien no nos conteste rápido sin considerar por un segundo que la persona al otro lado también tiene una vida. El sentimiento de creer que tenemos derecho a que seamos el amigo favorito e inseparable 24/7 nos puede llevar a enojarnos y a sentirnos mal cuando ese amigo tiene más amigos además sin considerar que uno mismo tienes más amigos (eso espero, las redes de apoyo son importantes) y no tiene nada de malo ni significa nada catastrófico. Esa idea de creer que tenemos derecho a que nuestros compañeros de vida sean un apoyo incondicional y nos juren fidelidad sobre todas las cosas cuando muchas veces ni nosotros mismos podemos ser completamente fieles a nosotros mismos y a nuestras ideas y convicciones y porque la vida y las relaciones humanas son muchísimo más complejas que las ideas que se tienen sobre el amor romántico. Ese mismo sentimiento de creer que tenemos derecho a nuestra libertad por encima de la libertad de los demás es la que hace que ocurran cosas como países que tienen tasas de contagio del que no debe ser nombrado altísimas porque aparentemente usar un tapabocas cuando haces mercado atenta profunda e indiscutiblemente las preciosas libertades que vienen incluidas en la nacionalidad (al igual que tener un arma o ser abiertamente racista y machista y tener el respaldo hasta DEL PRESIDENTE), un saludito a EEUU.

Todo escaló muy rápido, lo sé, pero volviendo a lo que nos trajo aquí, mi toxicidad y la creencia de que el mundo nos debe cosas, entender e interiorizar que no es verdad que el mundo y otras personas nos deban algo es un gran paso en este camino de desintoxicación, además es un gran alivio emocional cuando asimilas que tienes expectativas que no son reales y las ajustas de a poquito y de repente ya no estás furioso porque te dejaron en “visto” y por el contrario puedes apreciar mucho más cuando alguien te da un poco de su tiempo y realmente agradeces por la atención que te dan, ni te molesta que tu mejor amigo por siempre salga con otros amigos (excepto si es durante la cuarentena, ¡no se salgan del guacal!) y por el contrario te alegra mucho que tenga una red de apoyo con la que hace todos los planes que no puede o no quiere hacer conmigo y esto está muy bien, y de repente te das cuenta que ya no tiene nada de sentido escalar una pelea con tu pareja POR UN EMOJI y por el contrario agradeces que puedes dormir tranquilo todas las noches o también que no es tan aterrador tener conversaciones honestas sobre lo que significa el amor libre y entender que si no le podemos exigir a nuestros amigos que cumplan 100 roles diferentes en nuestras vidas, no tiene sentido exigirle esto mismo a una pareja y por el contrario se puede vivir tranquilamente con la idea de que una relación real y saludable no se parece en absoluto a lo que vemos en las películas y está perfecto que cambie, que se adapte, que se abra o se cierre cuantas veces sea necesario. Entrando en un terreno del que no sé mucho, me atrevería a decir que este es el verdadero secreto de la felicidad, aterrizar las expectativas y vivir tranqui, ¿qué son esas ganas de pelear?

Squirtle meme

Finalmente, hay otro punto del que me gustaría hablar (y reconozco que estoy hablando desde el privilegio y mi intención es compartir una experiencia y ayudar a que otras personas puedan acceder a parte de esas reflexiones y se puedan beneficiar también de alguna forma) y es que hubo otro factor muy importante para que yo pudiera darme cuenta de muchas de estas actitudes y comenzara a cambiar y fue salir de mi entorno conocido y la sociedad en la que crecí y me eduqué inicialmente, comenzar a vivir de un día para otro en un lugar muy lejano, más frío y con gente completamente distinta a la que estaba acostumbrada a convivir, esto me ayudó a encontrar muchas respuestas y a darme cuenta que había sociedades enteras que podían vivir sin que la gente se ofendiera porque no los saludabas de beso cada vez que los veía (impactante), o que podían tener relaciones completamente saludables y sólidas sin incluir una dosis de drama “para mantener las cosas interesantes y porque si no me cela no me ama”, que podían decirle abiertamente a la gente cuando sus comentarios eran machistas, xenofóbicos u homofóbicos sin que se rompieran familias ni amistades y que no les interesara en lo más mínimo de qué colegio o universidad saliste, en qué trabajas o cuánto dinero haces ¿se imaginan la locura de no definirte como persona por lo que estudiaste o por tu trabajo?

Para mi fue muy impactante (positivamente) darme cuenta de que mi entorno y las situaciones a las que estaba acostumbrada no eran la única opción que existía, para mi todo tuvo sentido muy rápidamente y fue mucho más sencillo despegarme de muchas creencias y comportamientos que tenía una vez dejé de tener la presión y las expectativas sobre mi vida y mis comportamientos. Aunque viajar no es la única forma de darte cuenta de que existen muchas otras realidades y que el mundo es mucho más complejo de lo que creemos, para mi sí fue una terapia de choque de las que te cambian para siempre y la agradezco todos los días de mi vida porque me ayudó a bajarle 3 rayitas a la toxicidad y porque tengo la oportunidad de compartir estas reflexiones con el mundo para que entre todos le bajemos 3 rayitas o al menos pensemos un poco más sobre el tema.

Aún me quedan muchos aspectos de ese pasado oscuro sobre los que me gustaría compartirles como mi relación con mi apariencia física y la alimentación, las expectativas sobre como “debería” comportarse una señorita, los mitos del amor romántico y hasta esa cultura tan innecesaria de hablar sobre la vida y el aspecto de las demás personas, pero eso será en otro momento. Y ahora que les conté sobre mi pasado oscuro y como he tratado de cambiarlo de a poquitos (y sin ser muy dura conmigo misma, otro gran tema para discutir luego), me gustaría saber qué opinan sobre la palabra tóxico para definir a una persona y sobre las ideas que les surgieron con este post, ¿se identificaron con alguna historia y se sintieron como el amigo toxico?, ¿en qué momento han sido tóxicos?, ¿tuvieron algún amigo, pareja o familiar que les haya dicho “amiga, date cuenta” y se dieron cuenta? Y como siempre, los espero en mi bandeja de entrada con todas sus ideas sobre el tema.

Hasta la próxima

Annie.


⁰ Aclaro que tampoco es responsabilidad de las demás personas de hacerme ver mis errores, entiendo que es mi responsabilidad hacerme cargo de mis actos y las consecuencias, es solo un apunte que no tiene intención de culpar a las otras personas